Siendo mi madre de Capileira, y habiendo veraneado varias veces en este precioso pueblo de la Alpujarra granadina, me resultaba imperdonable no haber subido aún al Mulhacén. En 2022 pasé una semanas en Capileira y no dejé pasar la ocasión de subir al pico más alto de la Península.
A pesar de que sus 3479 metros pueden sonar amenazantes, el Mulhacén es un pico bastante asequible para cualquiera en una mínima forma física. De hecho, de la localidad de Capileira salen minibuses que te acercan hasta el Alto del Chorrillo, desde donde puedes coronar el Mulhacén por su loma sur, en apenas 6 km con un desnivel muy suave de 800 metros.
Yo te voy a contar en este artículo una ascensión montañera en toda regla, mucho más exigente: un trekking semi-circular de unos 23 km, con un desnivel acumulado de cerca de 3.000 metros. Es una ruta dura en algunos tramos, pero sin ninguna complicación técnica. Debo decir también que me sorprendió muy positivamente, con un paisaje muy variado y lugares de gran belleza. Es una de las mejores rutas de montaña que he hecho en España, sin ninguna duda.


La subida al Mulhacén, de un vistazo
De Capileira al refugio Poqueira
Empezamos la ruta en el barrio del Castillo en Capileira. Situados en la puerta de la farmacia del pueblo cogemos la calle hacia la derecha hasta la fuente del carril. Verás que de allí parte un sendero empedrado con señales que indican el inicio de dos senderos, el circular de la cebadilla y el de las acequias (PR-A-23).

Nosotros iremos en dirección a la Cebadilla, ganando altitud poco a poco por un camino muy fácil que luego engancha con una pista que va llaneando hasta llegar al pueblo abandonado del mismo nombre. La Cebadilla fue un pueblo que se construyó en los años 50 para que vivieran las familias de los trabajadores de la central hidroeléctrica, y llegó a tener hasta una escuela y una iglesia. El pueblo ahora está abandonado, pero la central sigue en pie.
En la central eléctrica empieza la ruta de verdad. Tras cruzar el puente Naute seguiremos el sendero PR-A-23, que asciende por el margen izquierdo del río del mismo nombre. Cruzaremos varios cortijos, y a medida que vayamos ganado altitud se nos irá abriendo el valle, dejando ver las primeras vistas de nuestro objetivo, el Mulhacén.

La parte que viene a continuación es una de las mejores de la ruta. Tras ascender unos 400 metros, volveremos a perder altura para bajar hasta el río Naute, que cruzaremos varias veces a través de puentes de piedra y caminaremos abriéndonos paso entre la maleza, que en algunos puntos puede llegar a ser muy densa porque este sendero no es, ni mucho menos, el más frecuentado. Este puntito salvaje y el no encontrar a prácticamente nadie en el camino acrecienta la sensación de aventura en este tramo.
Tras dejar atrás el bosque ribereño volvemos a subir, y lo haremos por un tramo algo duro, remontando 650 metros en apenas 2 km hasta que llegamos a la Hoya del Capitán. Aquí el valle se abre definitivamente y desaparecen los árboles; entramos en terreno de alta montaña.

Aunque duro, el camino ofrece un paisaje precioso. Veremos dos acequias, la baja y la alta, y las cruzaremos ambas por sendos puentes de madera hasta llegar al Cortijo de las Tomas. Desde aquí al refugio de Poqueira nos espera otra lenta y pesada ascensión de una hora. En el refugio podemos hacer una parada para descansar, comer y reponer agua, ya que es el último punto donde podremos conseguir agua potable.
Del refugio de Poqueira al Mulhacén
Tras reponer fuerzas en el refugio reiniciamos la marcha. Frente a la entrada del refugio parte un sendero en dirección oeste, marcado por balizas naranjas, que se adentra en un pequeño valle remontando el río Mulhacén. Tienes dos opciones, o remontarlo por su margen derecho o por el izquierdo, aunque por el derecho es una ruta más corta y mejor marcada por hitos.

Este tramo nos lleva cerca de hora y media, hasta llegar al nacimiento del río y, un poco más arriba, a la Laguna de la Caldera, donde también está el refugio Vivac de la Caldera, a unos ya muy respetables 3.100 metros. Desafortunadamente, cuando yo hice la ruta la laguna estaba muy seca, y el poco agua que tenía estaba marrón de la cantidad de polvo sahariano que recibió en las lluvias de la primavera.
A la derecha ya vemos nuestro objetivo: el Mulhacén. Asusta un poco el camino de ascenso, muy vertical y zigzagueando a través de un canchal. Aunque no es peligroso, este tramo de ascenso es muy duro, de lejos el más duro y exigente de la ruta. Aunque estés muy en forma, es probable que necesites ir parando para descansar, ya que hay que subir casi 400 metros en apenas 1 Km, y a esto se suma el cansancio acumulado de la tralla que llevamos hasta ahora.
Tras una hora u hora y media se alcanza la cumbre del Mulhacén. Las vistas son magníficas, destacando al Oeste una vista perfecta del Veleta, una panorámica de las Alpujarras al sur, los campos de olivos y la Sierra de Cazorla en Jaén al norte, y al Este el campo de Dalías y del Ejido, con sus característicos invernaderos. Si no te toca un día con calima como a mí, también podrás ver el mar Mediterráneo (se dice que en días muy claros puede verse incluso África).

Del Mulhacén al Alto del Chorrillo
Tras deleitarnos con las vistas y hacernos las correspondientes fotos, toca descender. La bajada no la haremos por donde hemos venido, sino que la haremos por la loma del Mulhacén, que es el camino que toma la mayoría de la gente, ya que es el más fácil, pues sube en una larga pero cómoda y suave pendiente desde el Alto del Chorrillo, que es donde te dejan los buses que parten desde Capileira.
Se ve claramente el camino que parte en dirección sur, y que en una media hora nos acerca al Mulhacén II (3361 metros). Seguimos bajando por el camino, que ahora tuerce un poco hacia el Este y va dibujando zetas hasta encontrarse con una pista, que es la antigua carretera que conectaba Capileira con Granada atravesando Sierra Nevada.

La historia de la carretera de Sierra Nevada es muy interesante. Fue, y sigue siendo, una de las carreteras más altas de Europa, permitiendo acercarte en coche a las cumbres del Veleta y el Mulhacén. En 1996, poco antes de ser declarado el Parque Nacional de Sierra Nevada, la carretera fue cortada al tránsito a la altura de la Hoya del Portillo, desde Capileira, y de la Hoya de la Mora, en el sector norte.
Se pueden ir tomando varios atajos que van acortando el trayecto por la pista. En una hora u hora y media llegamos al Alto del Chorrillo, donde el minibús del Servicio De Interpretación De Altas Cumbres nos está esperando para regresar a Capileira.
Variantes y otras rutas en la zona
Si te van las emociones fuertes y no te importa meterle un buen tute a tus piernas, se puede bajar a Capileira regresando al refugio Poqueira y volviendo por donde has venido. Otra opción para completar una ruta totalmente circular: tomar la senda de la Acequia Alta desde el refugio Poqueira. Particularmente yo me quedé con ganas de volver por la Loma del Cascajar Negro y el Mirador de Puerto Molina, en lo que tiene pinta de ser una ruta preciosa. El descenso a pie por la carretera de Hoya del Portillo -por donde circulan los buses- también es factible, aunque es un descenso largo y pesado.
Otra excursión épica en la zona es la ascensión al Veleta. Aunque el Veleta es mucho más cómodo y accesible desde la vertiente norte de Sierra Nevada, es factible alcanzar la cima también desde el refugio Poqueira. Lo idea en este caso es hacer noche en el refugio.
Excelente descripción. Se nota la experiencia, el respecto y la pasión.