Situado dentro de los márgenes del Parque Nacional Nahuel Huapi, el Cerro Tronador es en realidad un volcán inactivo que se erige majestuoso con sus 3.478 metros de altura, mereciendo su nombre por el ruido que producen la caída de nieve y hielo desde el glaciar Manso hasta el Ventisquero Negro, en una caída de 700 metros. El ruido de «trueno» que producen estos desprendimientos es lo que le da nombre.
Con sus tres picos principales, es una de las montañas más emblemáticas de los Andes patagónicos, y su presencia impone un respeto que es imposible imaginar hasta que no estás a sus faldas y lo contemplas desde abajo. Además, es el límite natural entre Argentina y Chile, siendo mitad de la montaña de un país, y la otra mitad del otro.
Todos estos atractivos convierten al Cerro Tronador en una de las visitas obligadas para todo el que llega para quedarse unos días en Bariloche.
Puntos clave de la visita
¿Qué se puede ver? El Cerro Tronador con el Ventisquero Negro, y de forma opcional la cascada de los Alerces y el lago Hess.
¿Cómo se puede llegar? Con un tour organizado o por libre, ya sea en coche de alquiler o con colectivo (salen del Club Andino de Bariloche, pero solo en verano).
¿Cuándo visitarlo? De mediados-finales de primavera a finales de otoño. En temporada invernal es probable que los caminos del Parque estén inaccesibles por nieve.
¿Dónde comer y dormir? Dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi se encuentra la zona llamada Pampa Linda, con un par de hosterías, restaurantes y un camping. La opción más cómoda, sin duda es la Hostería Pampa Linda, con habitaciones confortables y un restaurante donde se come muy bien. Además, la hostería ofrece por un cargo adicional el servicio de traslado privado desde Bariloche.
A tener en cuenta: Dentro del parque existen limitaciones y restricciones al tráfico rodado, y las pistas solo están habilitadas en un sentido determinado en distintas franjas horarias según la temporada. Los horarios actualizados los tienes en la web de turismo de Bariloche.
Puntos clave de la visita
¿Qué se puede ver? El Cerro Tronador con el Ventisquero Negro, y de forma opcional la cascada de los Alerces y el lago Hess.
¿Cómo se puede llegar? Con un tour organizado o por libre, ya sea en coche de alquiler o con colectivo (salen del Club Andino de Bariloche, pero solo en verano).
¿Cuándo visitarlo? De mediados-finales de primavera a finales de otoño. En temporada invernal es probable que los caminos del Parque estén inaccesibles por nieve.
¿Dónde comer y dormir? Dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi se encuentra la zona llamada Pampa Linda, con un par de hosterías, restaurantes y un camping. La opción más cómoda, sin duda es la Hostería Pampa Linda, con habitaciones confortables y un restaurante donde se come muy bien. Además, la hostería ofrece por un cargo adicional el servicio de traslado privado desde Bariloche.
A tener en cuenta: Dentro del parque existen limitaciones y restricciones al tráfico rodado, y las pistas solo están habilitadas en un sentido determinado en distintas franjas horarias según la temporada. Los horarios actualizados los tienes en la web de turismo de Bariloche.
Un pequeño desvío antes del Cerro Tronador: lago Hess y cascada de los Alerces
Todos los puntos de interés en la Patagonia pueden visitarse en un tour organizado, y el Cerro Tronador no iba a ser menos. Pero al contrario de lo que ocurre en otros parajes, Cerro Tronador puede visitarse también por libre, bien en coche de alquiler, o bien mediante un colectivo que parte de la sede del Club Andino de Bariloche, aunque esta opción solo está disponible en verano.
Sea cual sea el método de transporte que elijas lo harás siguiendo la ruta RN40 por unos 34 km desde Bariloche (unos 40 minutos) hasta la entrada al Parque Nacional Nahuel Huapi, donde tendrás que sacar las entradas y, si vienes por tu cuenta, registrar el vehículo.
A partir de este punto comienza una pista de grava que primero discurre bordeando el lago Mascardi y después el río Manso (donde se realiza el mejor rafting de Bariloche). La pista se encuentra en bastante buen estado pero requerirá de cuidado y atención si vienes con vehículo de alquiler. Si vienes con un tour, la gran mayoría hacen primero el desvío a la cascada de los Alerces, y de camino a la cascada, una primera parada en el lago Hess.
Se trata de un espejo de agua rodeado por bosques densos y montañas que se reflejan en su tranquila superficie, y que goza de unas vistas privilegiadas del Cerro Tronador. Si vas por tu cuenta vale la pena incluirlo, pues te coge de camino y es un lugar estupendo para fotografiar el Cerro Tronador desde lejos.
Poco después se llega a un espacio para dejar el coche, y recorriendo un pequeño sendero bien marcado, en 10 minutos, estamos ya en la cascada de los Alerces.
Ahora sí: Cerro Tronador y Ventisquero Negro
Regresamos por donde hemos venido y retomamos la pista que habíamos abandonado al desviarnos. En aproximadamente una hora llegaremos a Pampa Linda, una pradera enorme habilitada como zona de recreo y turística, con varios bares, restaurantes y hospedajes. Es una buena zona para aprovisionarse, comer o dormir si quieres pasar unos días en la zona. De aquí también parten muchos senderos, incluido el que te lleva hasta el mismo Cerro Tronador, haciendo parada en el mítico Refugio Otto Meiling.
En otros 20 minutos siguiendo la pista se llega a Cerro Tronador. Dejamos el coche y en pocos minutos tenemos ante nosotros el Cerro Tronador. Como te contaba al principio, la vista del Cerro desde abajo impresiona, y el primer encuentro realmente sobrecoge.
En mi opinión, el Cerro Tronador tiene varios puntos que lo hacen mucho más sobrecogedor de lo que pueden sugerir las fotos o cualquier guía turística. Lo primero es darse cuenta de las dimensiones del cerro: a lo lejos no lo parece, pero una vez estás allí te abruma comprobar que el glaciar Manso (el superior) es enorme y transmite una magnitud aún mayor por la caída tan grande que hay entre este glaciar y el Ventisquero Negro.
El segundo motivo por el que me pareció un lugar impresionante tiene que ver, precisamente, con esta caída: bloques de hielo y seracs del glaciar Manso van cayendo con gran estruendo. Este hielo que cae ha ido formando el Ventisquero Negro, un segundo glaciar de los que se llaman «reconstituido», es decir, formado por restos provenientes de otro lugar distinto. En la caída, el hielo arrastra sedimentos de las laderas de la montaña, adquiriendo ese color negro que le da nombre. Esta característica lo vuelve único en su tipo y le otorga una belleza particular, muy diferente de la de cualquier otro glaciar en el mundo.
El tercer motivo que sobrecoge es, en este caso, desolador: en los miradores hay un cartel con fotografías que muestran el retroceso del glaciar, el cual llegaba prácticamente al parking hace tan solo 50 años. Por ello, visitar el Cerro Tronador no es solo una preciosa excursión durante tu viaje por la Patagonia, sino un melancólico recuerdo de un mundo pretérito en vías de extinción.