Aunque, ahora que lo pienso, quizás no estoy exagerando tanto. Al fin y al cabo, muchos piensan como yo, pues de lo contrario no sería un lugar tan visitado y una atracción turística de primer orden en la Patagonia. Tanto es así que El Calafate, ciudad más cercana, es básicamente una población de pioneros construida entorno a la actividad turística del glaciar, donde decenas de agencias venden todo tipo de tours para visitarlo.
Precisamente, es uno de estos tours, el trekking sobre el glaciar, el que no solo es recomendable hacer, sino que es imperativo. A lo largo de mis viajes me he encontrado tours organizados en sitios que no lo necesitan para nada, pero en el Perito Moreno no es así: irse de aquí sin caminar sobre el glaciar es desaprovechar una oportunidad, quien sabe si única en la vida, de vivir una experiencia imborrable en el recuerdo, y la única manera de caminar sobre el glaciar es con alguno de estos tours.
Puntos clave de la visita
¿Qué se puede hacer? Recorrer por libre las pasarelas con miradores al glaciar, un trekking con crampones por el glaciar (un recorrido corto llamado mini-trekking, o un recorrido largo llamado Big Ice) o una navegación en barco por el lago argentino y frente a las paredes del glaciar.
¿Cómo se llega? El Perito Moreno se encuentra a 80 km de la ciudad de El Calafate. Para llegar hasta él tienes 3 opciones: en coche privado, en autobús público o con transfer incluido dentro del tour. Si optas por venir en coche, hay un parking gratuito donde puedes aparcar, justo en la zona de las pasarelas. Si prefieres transporte público, hay autobuses que salen de la terminal de omnibus de El Calafate. Las empresas que realizan este servicio son Caltur, Chalten Travel y Marga Taqsa (mejor las dos primeras).
Época recomendada Sin duda, verano. Las temperaturas son suaves y rara vez superan los 23º C o bajan de los 6ºC. Finales de la primavera y principios del otoño son otros dos buenos momentos, con buen clima y algo menos de gente. El acceso al Perito Moreno está abierto todo el año, también en invierno, por lo que en los meses de junio a agosto también se puede visitar, aunque la probabilidad de encontrarte con frío intenso, viento y precipitaciones en forma de nieve es muy alta en esta época (es obligatorio llevar cadenas para entrar al parque durante el invierno austral).
¿Es necesario reservar el tour con antelación? En temporada baja (invierno, principios de primavera) no tendrás problemas para reservar el tour en cualquier agencia de El Calafate, pero bien entada la primavera, en verano y en otoño, es aconsejable que reserves cuando tengas claras las fechas de tu viaje.
A tener en cuenta: La entrada al parque nacional no está incluida en el tour, pero no te preocupes porque podrás comprarla en el puesto de entrada al parque, o bien con antelación por internet. Al comprar la entrada al parque, tienes derecho a poder volver a entrar al mismo con un 50% de descuento en las siguientes 48 horas.
¿Dónde comer y dormir? En el centro de visitantes del glaciar hay un restaurante y una cafetería (generalmente atestados de gente, así que tenlo en cuenta si vas justo de tiempo). Los alojamientos sí o sí en El Calafate, con opciones desde hoteles lujosos a hostels para mochileros.
Puntos clave de la visita
¿Qué se puede hacer? Recorrer por libre las pasarelas con miradores al glaciar, un trekking con crampones por el glaciar (un recorrido corto llamado mini-trekking, o un recorrido largo llamado Big Ice) o una navegación en barco por el lago argentino y frente a las paredes del glaciar.
¿Cómo se llega? El Perito Moreno se encuentra a 80 km de la ciudad de El Calafate. Para llegar hasta él tienes 3 opciones: en coche privado, en autobús público o con transfer incluido dentro del tour. Si optas por venir en coche, hay un parking gratuito donde puedes aparcar, justo en la zona de las pasarelas. Si prefieres transporte público, hay autobuses que salen de la terminal de omnibus de El Calafate. Las empresas que realizan este servicio son Caltur, Chalten Travel y Marga Taqsa (mejor las dos primeras).
Época recomendada Sin duda, verano. Las temperaturas son suaves y rara vez superan los 23º C o bajan de los 6ºC. Finales de la primavera y principios del otoño son otros dos buenos momentos, con buen clima y algo menos de gente. El acceso al Perito Moreno está abierto todo el año, también en invierno, por lo que en los meses de junio a agosto también se puede visitar, aunque la probabilidad de encontrarte con frío intenso, viento y precipitaciones en forma de nieve es muy alta en esta época (es obligatorio llevar cadenas para entrar al parque durante el invierno austral).
¿Es necesario reservar el tour con antelación? En temporada baja (invierno, principios de primavera) no tendrás problemas para reservar el tour en cualquier agencia de El Calafate, pero bien entada la primavera, en verano y en otoño, es aconsejable que reserves cuando tengas claras las fechas de tu viaje.
A tener en cuenta: La entrada al parque nacional no está incluida en el tour, pero no te preocupes porque podrás comprarla en el puesto de entrada al parque, o bien con antelación por internet. Al comprar la entrada al parque, tienes derecho a poder volver a entrar al mismo con un 50% de descuento en las siguientes 48 horas.
¿Dónde comer y dormir? En el centro de visitantes del glaciar hay un restaurante y una cafetería (generalmente atestados de gente, así que tenlo en cuenta si vas justo de tiempo). Los alojamientos sí o sí en El Calafate, con opciones desde hoteles lujosos a hostels para mochileros.
De camino al Perito Moreno
De El Calafate parten los buses gestionados por las agencias para acercarte al glaciar. Un recorrido por la estepa patagónica que rodea el lago argentino, lago alimentado por el deshielo de los bloques desprendidos de los glaciares Upsala y el propio Perito Moreno, sirve de aperitivo para lo que viene.
El bus hará una breve parada a la entrada del Parque Nacional Los Glaciares, pues el acceso está regulado y tiene un coste: en el momento de mi visita (Noviembre de 2022) el precio es de 5500 pesos para extranjeros, y de 1500 para residentes argentinos, pero Dios sabe cuál será ese precio en el momento de tu visita con la inflación galopante que sufre el país.
Poco después, tras varias curvas en la carretera, ya empieza a dibujarse a lo lejos el color blanco radiante del glaciar y una emoción embriagadora recorre mi espina dorsal. La gente del tour incluso detienen el autobús para que puedas echar una primera foto del glaciar a lo lejos, aunque esta vista no es nada comparado con la que tienes una vez llegas al centro de visitantes y ya puedes verlo en todo su esplendor.
Aquella primera vista se me quedará grabada en la memoria para siempre. Con los ojos vidriosos de emoción pude sentir en ese momento una fuerza descomunal, que es la que desprenden lugares como este. Es esa sensación opresiva, y a la vez liberadora, que desprende a veces la naturaleza, y que te pone en perspectiva en cuanto a las fuerzas épicas e insondables que rigen el universo.
Un primer recorrido por las pasarelas
Los guías del bus que te ha dejado en el centro de visitantes te darán una hora para recorrer las pasarelas a tu aire. Estas pasarelas te acercan en distintos recorridos a varios miradores desde donde puedes ver la pared frontal del glaciar. Las pasarelas están concurridas, porque es gratis recorrerlas y, además, algunos tramos son accesibles, siendo la única forma de visita para gente mayor o con dificultades de movilidad.
Son cuatro los itinerarios, clasificados en colores según su dificultad o extensión, aunque todos son muy fáciles de hacer. El itinerario central (amarillo) es el que concentra los principales miradores y es el más fácil, ya que también tiene un tramo accesible -con ascensores- para personas con problemas de movilidad. Tardas 1 hora en recorrerlo.
El itinerario del bosque (verde) te lleva por un tramo de 45 minutos, un poco más aéreo, y por tanto con vistas más altas del glaciar. Otro itinerario, el azul es más largo (hora y media) y te lleva por la cara norte del glaciar, por el canal de los témpanos, siendo quizás es el menos interesante porque te alejas bastante del glaciar, aunque hay menos gente y se disfruta de un paisaje distinto.
Por último, el itinerario inferior (rojo) es el de mayor dificultad y te lleva por la cara sur del glaciar, obteniendo vistas muy cercanas de la llamada zona de ruptura, donde se forma el conocido fenómeno que da, en gran parte, la popularidad al Perito Moreno: en su avance, el glaciar forma un dique que represa las aguas del lago argentino, y conforme este dique va aumentando de tamaño, las aguas del lago presionan el dique hasta formar un túnel. El agua va erosionando el dique de hielo hasta que la bóveda superior colapsa, dejando imágenes imborrables para quienes tienen la suerte de vivirlo en directo.
La recomendación de los guías es recorrer el itinerario central y del bosque si también vas a realizar la navegación o el mini-trekking. Si no vas a hacer ninguno de estos y dispones de más tiempo, incluye también el itinerario inferior. Por otro lado, todos insisten en que el recorrido azul es el más prescindible. En cualquier caso, todos tienen miradores impresionantes, de los que obligan a detenerse para sacar fotos.
Durante el recorrido por las pasarelas, mi mente iba preguntándose cuestiones tales como “¿Desde cuándo lleva existiendo este hielo que estoy contemplando?” o dejaba volar mi imaginación y me tele-transportaba mucho más arriba del glaciar, hacia el campo de hielo patagónico, una de las últimas regiones salvajes que quedan en el planeta, la tercera mayor región de hielo continental en el planeta después de la Antártida y de Groenlandia, con una extensión de 350 km de norte a sur y un total de 16800 km2 de puro hielo que se reparten entre Chile y Argentina.
Los guías me explicaron, además, la fascinante razón por la que existe tan monumental área de hielo en este punto de la Tierra, debido a unas particulares y asombrosas condiciones que solo se dan aquí: los intensos vientos de hasta 150 km y que soplan desde occidente recogen toda la humedad del Pacífico y se encuentran rápidamente con el obstáculo montañoso de los Andes, receta perfecta para que descarguen en forma de nieve, alimentando continuamente el campo de hielo. Con una media de 5.000 mm anuales en el campo de hielo y de hasta 8.000 mm en los fiordos chilenos, hablamos de una las regiones mas húmedas del planeta, y el Perito Moreno desciende directamente de él.
Llega la hora de caminar sobre el glaciar: Mini trekking o Big Ice
A la hora acordada hay que presentarse en el punto de encuentro del centro de visitantes para empezar la aventura de verdad: caminar sobre el glaciar durante una cantidad de tiempo que dependerá del tour que se contrate: el mini-trekking es de 1 hora de duración, mientras que el Big Ice, mucho más caro, es una caminata de 3 horas sobre el glaciar.
El bus te llevará de vuelta hacia el puerto Bajo de las Sombras, donde embarcas en un pequeño barco que navega unos 20 minutos por la cara sur del glaciar hasta un refugio. Allí se organizan los grupos y te equipan con crampones y casco para caminar con total seguridad por encima del hielo.
Aquí es donde vienen las diferencias: en el mini-trekking realizarás una pequeña caminata de una hora por una zona habilitada y equipada incluso con alguna pasarela y cadenas para facilitar el paso, adentrándose un poco más para que puedas ver grietas, seracs, sumideros y lagunas. Al terminar, un rito que se ha convertido en clásico y parte del encanto del tour: los guías te ofrecen un vaso de whisky servido con hielo del glaciar, acompañado también de un dulce de chocolate.
Si tienes espíritu aventurero (y dinero para costearlo) el Big Ice merecerá la pena. La caminata no solo es más larga, sino que te adentrará por el bosque que rodea el glaciar y, una vez allí, podrás entrar en cuevas glaciares. En cualquier caso, ya sea que elijas el mini-trekking o el Big Ice, esta será una experiencia de las que te llevas a la tumba: no todos pueden decir que han caminado sobre hielo pretérito, probablemente milenario.
La caminata sobre el Perito Moreno es también especial por otra circunstancia: has caminado encima de uno de los pocos glaciares que quedan en el mundo en estado de de equilibrio, es decir, acumula tanto hielo en su origen como el que pierde, con lo que no está en retroceso (si bien recientemente se supo que en 2021 y 2022 ha empezado a mostrar signos de posible inicio de retroceso). No corren la misma suerte sus vecinos, los glaciares Upsala y Viedma, aún más grandes que el Perito Moreno pero también más inaccesibles, y ya no digamos otros glaciares de la Patagonia como el del Cerro Tronador y de otros muchos rincones del mundo, como el Vatnajökull de Islandia.
Finalizado el trekking volvemos al refugio, donde nos quitamos los crampones y los cascos, tomamos un “cafecito” rápido y regresamos al barco para volver al puerto Bajo las Sombras, donde espera el bus para llevarnos de vuelta a El Calafate, no sin antes echar una última foto y despedirme, aún conmovido, de uno de los lugares más fascinantes que he visto, y que probablemente veré, en toda mi vida.