Tenía claro que el Gran Cañón iba a ser la estrella de mi road trip por la meseta del Colorado. Le dediqué tres días y medio de los 12 del viaje, y aún me quedé corto. El Gran Cañón es uno de los parajes más impresionantes del mundo y merece una visita con todos los honores.
Además de mi experiencia visitándolo me empapé de toda la información habida y por haber durante la planificación del viaje. Voy a compartir contigo esta información y a recomendarte a qué lugares del Gran Cañón vale la pena ir y cómo hacerlo.
No dejo de sorprenderme al leer algunos blogs de viaje y el poco tiempo que dedican al Gran Cañón. He llegado a leer en alguno que proponen ver el Gran Cañón únicamente desde los miradores del South Rim o, peor aún, haciendo solo el vuelo en helicóptero de Las Vegas (más adelante te explico la aberración de esto último).
Es decir, estás en una de las maravillas naturales del mundo, Patrimonio Mundial de la Unesco y lugar mítico que ha dejado huella en la historia, el arte, filosofía y hasta la cultura popular, pero hay gente que prefiere estar más días en Las Vegas. Es algo totalmente incomprensible.
A mi modo de ver, el Gran Cañón merece al menos un día completo en el South Rim y haciendo alguno de sus trekkings, aunque sea parcialmente. Te voy a contar lo que yo hice: dos días en el North Rim, más otro día y medio en el South Rim.

North Rim: la parte menos visitada es, quizás, la que más vale la pena
El North Rim ha sufrido un gran incendio en Julio de 2025. El incendio ha afectado a 58,264 ha y ha dañado 70 edificios e infraestructuras del parque, entre ellos el histórico Grand Canyon Lodge. Por ello, lamentablemente el North Rim va a permanecer cerrado en todo lo que queda de 2025 mientras se inician los trabajos de recuperación y restauración.
El titular de antes es un poco tramposo y solo quería llamar tu atención: pienso realmente que el South Rim tiene bien ganada la fama como «la zona indispensable» del Gran Cañón por la accesibilidad de sus miradores, pero quiero insistir en la idea que no deberías descartar tan rápido el North Rim, ya que ofrece igualmente paisajes espectaculares, y lo hace mostrando otra cara del Gran Cañón: algo más fresca, con más vegetación y más agua.
Otro motivo por el que vale la pena visitar el North Rim ya te lo he dado: aquí viene mucha menos gente y no vas a tener los agobios de las horas puntas en temporada alta del South Rim. En definitiva, el North Rim ofrece más soledad, más conexión con la naturaleza y paisajes de una belleza superlativa, como esta vista gloriosa desde Bright Angel Point.

Bright Angel Point es el principal mirador del North Rim, regalando una panorámica sensacional de los cañones de Roaring Springs, Transept y Bright Angel, así como del South Rim, que desde aquí está a una distancia de 17 kilómetros y a una altura 300 metros inferior a la del North Rim. Es conocido por ser uno de los mejores lugares para fotografiar el amanecer en el Gran Cañón, cosa de la que puedo dar fe.
A Bright Angel Point se accede por un corto sendero pavimentado de 800 metros de longitud, que sale justo detrás del centro de visitantes y que pasa por el lado del lodge del North Rim. No tiene ninguna complicación técnica, y en apenas 15 minutos ya estarás en el mirador. A lo largo del sendero verás que hay otras zonas incluso mejores que el mirador para poder echar fotos -la foto de arriba es desde uno de ellos- pero ten cuidado donde pisas, porque están algo expuestos.
North Kaibab Trail, el sendero estrella del North Rim
Tras el madrugón para fotografiar el amanecer en Bright Angel Point, mi plan era recorrer parte del North Kaibab, el principal sendero del North Rim.

El North Kaibab Trail desciende desde el North Rim a través del cañón Roaring Springs hacia Phantom Ranch, lugar donde se junta con los senderos South Kaibab y Bright Angel, que bajan del South Rim. El cruce del North Rim al South Rim por estos senderos se conoce como Rim to Rim, una ruta épica que me ha quedado pendiente y que espero poder hacer antes de morir.
Por lo pronto, el North Kaibab Trail desciende 1730 metros a lo largo de 23 Km, datos que convierten a este sendero en uno de los más exigentes del Gran Cañón. No hace falta que lo hagas entero, llegando hasta el mismo río Colorado; de hecho, los rangers desaconsejan totalmente hacer esto en un único día por el alto riesgo que supone.

La recomendación que suele hacerse es la llegar a alguno de los puntos y miradores a lo largo del sendero. El primero es Coconino Overlook, mirador muy próximo, a tan solo 1,1 Km desde el inicio de la ruta, y que ofrece una amplia vista del cañón por el que sigue descendiendo el camino.
Durante todo este tramo hemos caminado por un bosque de abetos, álamos, helechos y flores silvestres, en un paisaje muy verde que contraste muchísimo con lo que puede verse en el South Rim. A medida que se desciende el paisaje va cambiando poco a poco y el desierto va ganando terreno, con cada vez menos árboles y temperaturas más altas (en el Gran Cañón hace siempre más calor en el fondo del cañón que en los bordes superiores).
El sendero pasa por el pequeño puente excavado en roca de Supai Tunnel (2.5 Km) donde también hay una fuente con agua potable y una caseta con baños. El siguiente punto de referencia es Roaring Springs (7,6 Km), donde las paredes del cañón emanan agua -literalmente- formando el arroyo de Bright Angel Creek, que desembocará después en el río Colorado. El manantial es tan potente que de aquí es donde se recoge el agua para abastecer a todo el South Rim, a través de unas tuberías soterradas que se instalaron en los años 70.

Roaring Springs suele ser el punto en el que recomiendan los rangers darse la vuelta para quienes hayan venido con la idea de hacer una ruta de ida y vuelta en un mismo día. Yo quise alargar la ruta un poco más, hasta el área de descanso de Manzanita Rest (8,4 Km) donde puedes almorzar cómodamente en unos bancos y mesas instalados bajo la sombra de los árboles, con agua potable, baños y acceso al arroyo de Bright Angel para poner en remojo los pies.
El sendero sigue transitando cañón abajo, en dirección sur buscando la confluencia con el río Colorado y, más allá, con los senderos de South Kaibab y Bright Angel, que te llevarían en ascenso hacia el South Rim. A no ser que vayas a hacer el Rim to Rim y lo tengas todo bien planificado para dividir el trekking en varios días, alargar la ruta más allá de Manzanita Rest es arriesgado, por no decir una locura. Así que toca volver, y lo hacemos exactamente por el mismo camino por donde hemos bajado.

Puedes imaginar que la vuelta se hace dura, debiendo remontar ahora los 1.100 metros que hemos descendido para llegar a Manzanita Rest, y con bastante cansancio en las rodillas por el fuerte descenso. Pero esta es una de las particularidades del Gran Cañón, y es que los trekkings no siguen el perfil habitual de ascenso-descenso, sino justamente al revés.
Recuerdo haber llegado a Manzanita Rest a las 10.40, descansar veinte minutos y reanudar la marcha a eso de las 11.00, estando de vuelta en el área de visitantes del North Rim a las 14.00, unas tres horas para volver que se hicieron duras y, en el último tramo, muy pesadas. Aún así, un trekking que merece totalmente la pena para conocer una vertiente menos conocida y visitada del Gran Cañón.
Carretera escénica hacia Cape Royal
Como alternativa al trekking -o mejor aún, si vuelves con tiempo tras acabar con él- lo más recomendable que se puede hacer en el North Rim del Gran Cañón es recorrer en coche la carretera escénica que finaliza en Cape Royal. Si antes te comentaba que Bright Angel Point es conocido por ser un lugar fantástico para capturar el amanecer, Cape Royal lo es por su atardecer, por lo que es un plan fantástico para completar el día.
No solo Cape Royal es un buen spot fotográfico: esta carretera concentra otros lugares famosos por sus puestas de sol, como Point Imperial, Vista Encantada y Roosevelt Point. No solo eso, sino que hay varios trails de muy corta duración a lo largo de la carretera, como el Ken Patrick Trail o el Cape Final Trail, sin ninguna complicación y aptos para cualquier persona, que pueden ser una muy buena opción para ir estirando las piernas, y más si no habéis hecho por la mañana el North Kaibab.

Yo tuve que quedarme con las ganas de recorrer la carretera escénica porque tuve la mala suerte que un día antes de mi visita se llevó a cabo una quema controlada, y la poca visibilidad obligó a cortar la carretera (puedes ver algo de humo en las fotos del amanecer que tomé en Bright Angel Point). Pero en condiciones normales la carretera está abierta de mediados de mayo a octubre -en los meses invernales queda cerrada, al igual que los servicios del North Rim- y pueden circular todo tipo de vehículos, excepto los que superen los 7 metros.
Esta carretera se toma en un desvío a mano derecha -circulando hacia el norte- que está poco antes de la salida del Parque Nacional. Desde el inicio de la carretera y hasta Cape Royal son 37 Km, que tardan en recorrerse 45 minutos en coche; ten esto en cuenta para la vuelta si has venido a Cape Royal para ver el atardecer, sobre todo si debes conducir de noche para llegar a tu alojamiento.
Toroweap: una aventura sobre ruedas para tener la mejor vista del Gran Cañón
Supe de la existencia de Toroweap por un reportaje de National Geographic, y desde que vi la foto me obsesioné con ir hasta allí. A pesar de no ser muy conocido, Toroweap presume de ser uno de los pocos puntos desde donde se puede apreciar la verticalidad del cañón en toda su magnitud, con una vista vertical desde los 910 metros de altura por encima del río Colorado.

¿Cómo es posible que un lugar así sea tan poco conocido? Principalmente por su acceso: ubicado en el borde norte (aunque lejos de la zona de visitantes del North Rim) Toroweap está a unos 150 km al suroeste de Kanab, en Utah. Sin embargo, el problema no es la distancia sino el camino que llega hasta allí: un polvoriento camino de tierra con un último tramo pedregoso que obliga a venir en 4×4 o un SUV con despeje alto y ruedas de repuesto – o kit de inflado- por el alto riesgo de pinchazo.
Este último consejo no es baladí: en la zona hay poca cobertura y desde el Parque Nacional advierten que pueden pasar días hasta que venga ayuda. Además, el coste de ser remolcado aquí asciende a más de 3.000$. Por eso, los rangers aconsejan también venir bien pertrechado con comida y agua, por si las moscas.
Como ves, toda una aventura que en realidad no entraña mayor riesgo si vienes preparado. En mi opinión vale absolutamente la pena y recuerdo mi excursión a Toroweap como uno de los mejores días de mi vida. Si te interesa venir hasta aquí pero tienes dudas sobre cómo llegar, hay unas pocas agencias que venden el tour; algunas de ellas pernoctan en la zona, lo que te da la posibilidad de fotografiar el atardecer y el amanecer y poder sacar fotos así de increíbles.
South Rim: la zona turística por excelencia del Gran Cañón
De los dos bordes del Gran Cañón, el South Rim es, con diferencia, el más visitado. El servicio de Parques Nacionales de EEUU estima que un 90% de turistas visitan el South Rim frente a solo el 10% que también van al North Rim, lo que se ajusta muy bien con las cifras del año 2021, cuando fueron 2.2 millones de turistas quienes visitaron el South Rim, frente a los 221.000 visitantes que recibió el borde norte.

Antes yo te he hablado de las maravillas del North Rim, pero he de reconocer que el South Rim es mucho más accesible, pudiendo acercarte a miradores absolutamente increíbles con la comodidad de tu propio coche. Esto ha hecho que también se haya desarrollado una industria turística enorme y en el South Rim se concentra casi toda la oferta de servicios y alojamientos del Gran Cañón, siendo el Grand Canyon Village el mayor ejemplo de esto: toda una ciudad de hoteles, restaurantes y tiendas de souvenirs que viven del turismo.
A pesar de la marabunta de gente que te vas a encontrar en el South Rim en temporada alta (que en el Gran Cañón va de mayo a octubre) la belleza del borde sur es enorme y, por supuesto bien merece la visita.
Desert View Drive, la carretera escénica del South Rim
Mi visita empezaba por la carretera escénica Desert View Drive, en mi caso viajando en coche desde Page, donde hice noche después de visitar Monument Valley el día anterior. De este a oeste, la carretera tiene numerosos parkings que dan acceso a miradores del Gran Cañón: Navajo Point, Moran Point, Grandview Point o Duck on a Rock Viewpoint son los más populares.
Una vez llegas al centro de visitantes toca dejar el coche en uno de los enormes parkings habilitados, ya que en el resto del South Rim está prohibida la circulación en vehículo privado. Una serie de líneas de autobuses gratuitos facilitan poder moverte entre el Market Plaza, el Grand Canyon Village y los trailheads, puntos donde comienzan los senderos.

En el entorno del centro de visitantes hay varios miradores que también valen la pena, como Mather Point, que está justo al lado del centro de visitantes, o Yavapai Point, del que hablo en otro artículo acerca de los mejores miradores del Gran Cañón. En general, el Rim Trail -cómodo sendero asfaltado que recorre el borde sur del cañón- es una buena opción para gente mayor o simplemente para un paseo tranquilo e ir disfrutando tranquilamente del paisaje.
Yo había leído acerca de un mirador llamado Shoshone Point que se encuentra algo más escondido, en un desvío a mano derecha en la Desert View Drive, y desde donde decían que había una de las mejores vistas al atardecer. Así que a últimas horas de la tarde volví a coger el coche, aparqué en el trailhead de Shoshone y caminé apenas 20 minutos hasta llegar al mirador. No se equivocaban: en Shoshone hice una de mis fotos preferidas de cuantas hice en el Gran Cañón.

Circular South Kaibab – Bright Angel: un épico trekking en las entrañas del cañón
Aunque magnífico e impresionante, lo visto hasta ahora se queda en nada en comparación con lo que afronté al día siguiente, el plato estrella del Gran Cañón y de todo mi viaje por la costa oeste de EEUU: el trekking circular entre los senderos South Kaibab Trail y Bright Angel Trail.

Tengo ese otro artículo en el que hago una crónica detallada de lo que fue aquella jornada maratoniana pero emocionante hasta decir basta, y que te recomiendo que leas si estás pensando en hacerla. Sin duda, es la ruta de senderismo más bestia que he hecho en mi vida, y por bestia no me refiero exclusivamente a su exigencia física (he hecho algunas ascensiones alpinas aún más exigentes) sino a la belleza absolutamente surrealista que uno puede disfrutar en algunos tramos de la ruta.
Por ejemplo, el descenso hacia el río Colorado, una vez pasado el mirador conocido como Skeleton Point, es uno de los momentos más alucinantes que he vivido nunca y un recuerdo que me llevo a la tumba. Creo que descender al menos una parte del South Kaibab es obligado para cualquier persona en buen estado físico, porque los miradores del South Rim te dan una idea de la magnitud del Gran Cañón, pero la grandeza gloriosa de caminar en sus entrañas es aún más sobrecogedora.

En el enlace anterior puedes saber todos los detalles de esta ruta aunque ahora aquí te la resumo: son 25 Km de recorrido, con unos 3.300 metros de desnivel acumulado. Aunque se puede hacer en ambos sentidos, se suele recomendar empezarla bajando por el South Kaibab y subir de nuevo por el Bright Angel, al haber más agua y sombra en este último, ideal para las horas centrales del día.
El consejo de los rangers es muy insistente en los mapas y trípticos del parque: no intentes hacer esta ruta en un solo día. Es evidente que piensan en la mayor parte de turistas que vienen aquí y que no están preparados para un trekking tan exigente. Lo que proponen es, o bien dividir la ruta en dos etapas, pasando la noche en Bright Angel Campground (indispensable permiso) o únicamente descender una parte de alguno de los dos senderos: en el South Kaibab, los miradores Ooh Ahh Point y Skeleton Point son dos buenos puntos de regreso, y en el Bright Angel una excursión habitual es adentrarse hasta el Plateau Point, desde donde hay una buena vista del río Colorado.
Sin embargo, esta segunda opción tampoco es moco de pavo: ida y vuelta son casi 20 Km con 2.000 metros de desnivel acumulado. Creo que la diferencia respecto a hacer la ruta completa no es tanta, y la recompensa de poder bajar hasta la orilla del río y tocar las aguas del mítico Colorado compensa con creces el esfuerzo extra.

West Rim: Una turistada prescindible
No me detendré mucho en el West Rim y seré breve y conciso: no vayas.
La visita al Gran Cañón por el West Rim consiste, básicamente, en ir al Skywalk, una pasarela de cristal que te permite caminar sobre el vacío a 1,200 metros de altura. Por supuesto hay que pagar entrada.
Otra atracción típica del West Rim es el tour en helicóptero, otra turistada infame que se suele recomendar mucho en los blogs de viaje al ser una excursión accesible desde Las Vegas, lo que requiere poca logística. Lo cierto es que estos tours se han convertido en un problema serio de sobreexplotación turística y medioambiental que se explica muy bien en el documental Into the Canyon de National Geaographic y en el libro A walk in the Park de Kevin Fedarko. El documental reabrió el debate sobre estos tours, aunque el mismo NPS (Servicio Nacional de Parques de EEUU) ya había levantado la voz de alarma en muchas ocasiones.
Otro motivo añadido por el que no hacer uno de estos tours en helicóptero: te llevan por la parte del Cañón menos espectacular. Estos vuelos están limitados al West Rim -tienen prohibido acercarse al South y North Rim- y las vistas son mucho menos espectaculares que las que puedes tener simplemente acercándote a alguno de los miradores en la carretera escénica del South Rim.
Si no te acaban de convencer mis argumentos en contra del circo que tienen montado en el West Rim, puedes leer varias opiniones en este hilo de reddit, o en este otro. Verás que no son pocos quienes opinan como yo.