Si eres de los amantes de los viajes por carretera, el road trip por la costa oeste y la meseta del Colorado es un viaje que tienes alguna vez en la vida. Sin duda, es uno de los viajes de carretera más espectaculares que pueden hacerse en el mundo, un viaje que cumple con lo más importante que se le pide a un road trip, y es que el asombro te acompañe incluso cuando conduces, y no solo cuando paras a echar la foto en un mirador.
Y es que un road trip por la costa oeste de EEUU te lleva por paisajes monumentales y rincones y ciudades que todos hemos visto en fotos, películas, videoclips y libros. El viaje transcurre por un escenario de Hollywood y tú eres el principal protagonista; exactamente así es como se siente uno viajando por el oeste americano.
La ruta por etapas
San Francisco (1 día)
Uno de esos sitios icónicos es, sin duda, San Francisco. Y el mayor icono de la ciudad, no cabe duda que es el Golden Gate. Pero más allá del Golden Gate, San Francisco es una de las ciudades norteamericanas con mayor vida cultural, y es un auténtico crisol de culturas y gentes venidas de todas partes del mundo.
El famoso barrio de Chinatown es la mayor comunidad china fuera del país asiático, y su visita es de lo más curiosa y recomendable. Desde allí puedes ir a Union Square para coger uno de los míticos Cable Cars que te dejan cerca de Fisherman’s Warf, el muelle (Pier) más animado y con mejor ambiente, y donde puedes hacer la turistada y comerte una Clam Chowder.
Desde allí puedes ir al Golden Gate y pasar toda la tarde contemplándolo hasta el atardecer. O bien exprimir la tarde y visitar las famosas Painted Ladies. Todo esto es factible hacerlo en una sola jornada, y te lo cuento con más detalle en el artículo “San Francisco en un día“.
En caso de dedicarle dos días, ya podrías visitar Alcatraz, recorrer los barrios de Mission District y Castro, o incluso visitar Muir Woods, al norte de la ciudad. En todo caso, ya sea que le dediques uno o dos días, San Francisco es la ciudad ideal para empezar tu ruta por la costa oeste, pues suele tener los vuelos más baratos que Los Angeles y también mejores ofertas de alquiler de coche.
De San Francisco a Las Vegas (2 días)
Al día siguiente toca levantarse temprano para coger el coche de alquiler. Por delante tenía un día de 8 horas de carretera hasta llegar a Las Vegas, atravesando prácticamente todo el interior de California.
Lo cierto es que este trayecto no tiene nada especial, aunque conforme te vas acercando a Nevada el paisaje va ganando atractivo. Una vez pasas Barstow empieza el desierto de Mojave y ves los primeros árboles de Josué (los que dieron nombre al grandísimo álbum The Joshua Tree de U2). Cerquita de Barstow también puedes parar a comer en el famoso Peggy Sue’s 50’s Diner.
Tras todo el día conduciendo llegas a Las Vegas reventado, pero no todos los días tienes la ocasión de ver la ciudad del pecado de noche, así que un paseo por el famoso Strip y a dormir. Al día siguiente ya puedes dedicar el día a recorrer por completo el Strip, ver algunos de sus hoteles-casinos y hacerse la correspondiente foto en el famoso cartel de Welcome to Las Vegas.
Francamente, Las Vegas no es un sitio que me resulte muy atractivo, y prefiero dedicarle más tiempo a los parques nacionales. Así que a media tarde cojo el coche de nuevo y me pongo en ruta hacia St George, ya en Utah, donde hago noche para al día siguiente comenzar de verdad la aventura.
Bryce Canyon (1 día)
Y ya visitamos el primer parque nacional de la ruta. La carretera 14, desde Cedar City a Bryce Canyon, atravesando la reserva forestal de Dixie y Cedar Canyon es preciosa, y este trayecto bien valdría la pena por sí solo.
Bryce Canyon es famoso por sus “chimeneas”, esas formaciones rocosas tan singulares y tan numerosas en el parque que regalan un paisaje alucinante. Para mí fue la visita más sorprendente de todas, porque ves las fotos y te haces una idea totalmente equivocada de lo que luego es el parque: mucho más bonito y espectacular de lo que cuenta nadie y de lo que se aprecia en las fotos.
Pero con una jornada es suficiente para ver Bryce Canyon. Tienes tiempo de caminar el sendero Navajo Loop, que baja hasta la base de las chimeneas y por el interior del cañón para que puedas verlas muy de cerca, y por la tarde puedes coger el coche y parar en los numerosísimos miradores que hay en la carretera justo por encima del borde norte.
Parque Nacional Zion (2 días)
Zion es un parque impresionante. Harías bien en no subestimarlo y dedicarle al menos dos días, porque tiene mucho por ver y hacer.
Algo imprescindible en Zion: hacer el trekking de Angel’s Landing, que finaliza en lo alto de un peñasco con unas vistas de infarto del cañón creado por el río Virgin. Lamentablemente, es tanta la gente que lo quiere hacer que el servicio de parques nacionales estadounidense se vio obligado a regular el acceso a la parte final del sendero, mediante una lotería en la que se puede participar una vez con meses de antelación, aunque también hay un cupo disponible unos días antes.
Si te pasa como a mí y no tienes suerte en el sorteo tienes muchos más senderos para hacer. Por ejemplo, y más famoso aún que Angel’s Landing es el de The Narrows, una sección del cañón que se estrecha y lleva a los senderistas directamente a caminar sobre las aguas y remontando el río. A la entrada del parque hay numerosas tiendas y puestos donde puedes alquilar botas y ropa impermeable (muy recomendables incluso en verano, el agua del río está muy fría).
En el segundo día puedes hacer alguno de estos trekkings si te han quedado pendientes, o hacer un tour fotográfico por algunos spots del parque, conocidos por su fantástica puesta de sol, como el Canyon Overlook -accesible mediante un corto y fácil sendero- y el Canyon Junction Bridge.
Grand Canyon North Rim (2 días)
El Gran Cañón era mi destino más deseado, y por eso quería dedicarle más días que a ningún otro. De todas formas, déjame decirte que en la mayoría de guías que leo sobre rutas por la costa oeste veo que la mayoría le dedican muy poco tiempo al Gran Cañón. He visto incluso a gente que le dedica un único día o incluso una sola mañana, para después perder días enteros en chorradas monumentales como la ruta 66 o el parque de Universal en Los Angeles.
Francamente, hacer una ruta por la costa oeste y no dedicarle, al menos, dos días al Gran Cañón, es hacer el panoli de una forma considerable. El Gran Cañón es una auténtica salvajada que merece ser visitada con honores; uno de esos sitios del mundo que hay que ver antes de morir.
¿Cómo visitarlo? El Gran Cañón tiene dos bordes: el norte y el sur. El sur es mucho más accesible, y por tanto más turístico, más visitado, con muchos más servicios y está abierto todo el año. El sur recibe muchos menos turistas y solo abre desde mediados de Mayo hasta Octubre.
Por ello, la mayoría van únicamente al borde sur, pero yo te recomiendo visitar ambos, empezando por el North Rim, aprovechando que vienes de Bryce Canyon y Zion.
A pesar de lo escarpado y sinuoso del terreno, el Gran Cañón es tierra de trekkings, y en el borde norte puedes hacer uno que mucha gente obvia, a mi parecer de forma equivocada: el North Kaibab, el cual engancha con el South Kaibab y puede transformarse en una épica aventura para cruzar el Gran Cañón de borde a borde, si bien es un trekking que hay que planificar con antelación.
Si buscas algo más relajado, puedes coger el coche y recorrer la carretera que lleva a Cape Royal, parando en algunos de los miradores, desde puedes fotografiar tanto el amanecer o el atardecer.
En el North Rim se encuentra también Toroweap, el mirador más espectacular del Gran Cañón. La pega es que para llegar hay que conducir cerca de tres horas de ida y otras tres de vuelta por un camino de grava, y es altamente aconsejable hacerlo en todoterreno o, al menos, en un SUV con bajos altos. Pero te aseguro que es un lugar que merece absolutamente la pena.
Monument Valley (1 día)
Siguiente parada: Monument Valley, archiconocida por sus formaciones rocosas que han servido de fondo para numerosas películas. Y aunque no es un parque nacional (es un parque tribal gestionado por los indios navajos) casi es como si lo fuera: hay que pagar el acceso y es frecuentado por muchísima gente.
Lo más habitual en Monument Valley es hacer la Scenic Loop Road, un camino de tierra que recomiendan hacerlo en 4×4, si bien es perfectamente posible hacerlo con un turismo y conduciendo con precaución. A lo largo del camino hay múltiples miradores desde donde poder fotografiar los mittens; el más famoso es el John Ford Point, donde puedes fotografiar (previo pago) a un tipo haciendo de cowboy para tener tu propia postal de uno de los sitios más icónicos del oeste americano.
Puedes terminar la jornada fotografiando un mágico atardecer: o bien dentro del parque con uno de los tours organizados o bien desde el mirador Forrest Gump, punto donde se rodó la famosa escena en la que Forrest se detiene después de correr durante 1170 días y 16 horas por todo Estados Unidos.
Grand Canyon South Rim (1 día)
Volviendo de Monument Valley toca visitar la parte más visitada del Gran Cañón, el borde sur. Como te decía, el South Rim tiene todos los servicios, muchas opciones de alojamientos y son varios los planes que puedes hacer.
Si te gusta la aventura como a mí: aquí tienes uno de los trekkings más increíbles que he hecho nunca: la ruta circular que engancha los senderos del South Kaibab con el de Bright Angel, en una extenuante jornada de 26 Km y un desnivel acumulado de casi 3.000 metros solo apta para los más atrevidos. La recompensa a tamaño esfuerzo: poder bajar hasta el mismo río Colorado y bañarte en sus aguas.
En el South Rim también puedes ir cogiendo los autobuses del parque -la circulación de coches está prohibida en gran parte del parque- y parar en los muchos miradores que hay, donde podrás ver uno de los atardeceres más bonitos del mundo.
Los Angeles (2 días)
A diferencia de San Francisco, ciudad más pequeña y cuyos principales atractivos están muy cerca los unos de los otros, Los Angeles es una megaurbe con enormes distancias entre sus principales puntos turísticos. Por ello, es mejor echar dos días para verlos sin demasiados apuros.
¿Qué decir de Los Angeles? El paseo de la fama, el cartel de Hollywood, el observatorio Griffith, Venice Beach, el muelle de Santa Mónica… Sitios que hemos visto mil veces en las películas y que, cuando las visitas en persona, transmiten una extraña sensación de cotidianeidad, precisamente por lo vistas que las tenemos.
Lo lógico es separar la visita en dos días: uno para el barrio de Hollywood, donde quedan a tiro de piedra el Paseo de la fama, el cartel y el observatorio, y al otro día visitar Venice Beach. Otra opción es concentrar todo esto en un solo día (más apretado, pero factible) y tener un día libre para ir a Universal Studios, plan interesante si viajáis con niños.